Examen del abdomen
Los métodos del
examen abdominal dependen de las molestias que sufren el paciente y el proceso patológico
que se investigue.
1- Examen de
elección
El objetivo principal de este examen es comprobar que no hay tumor abdominal y que las vísceras no están aumentadas de volumen o en posición anormal. Se debe lograr que el paciente este relajado sin molestias. Cabeza y rodillas deben estar apoyadas en ligera flexión, las manos deben hallarse a los lados. Para lograr una perfecta relajación tiene importancia proteger las partes desnudas, especialmente en la mujer.
El objetivo principal de este examen es comprobar que no hay tumor abdominal y que las vísceras no están aumentadas de volumen o en posición anormal. Se debe lograr que el paciente este relajado sin molestias. Cabeza y rodillas deben estar apoyadas en ligera flexión, las manos deben hallarse a los lados. Para lograr una perfecta relajación tiene importancia proteger las partes desnudas, especialmente en la mujer.
Inspección
Obsérvese el
contorno general del abdomen, la presencia o ausencia de venas distendidas y
los movimientos respiratorios. El ombligo normal esta ligeramente retraído e
invertido. La aversión umbilical puede ser signo de distensión o líquido
intraabdominal, también tiene importancia la presencia, carácter y posición de
cicatrices abdominales.
Auscultación
Se debe
hacer la auscultación sistémica del abdomen para así poder escuchar los ruidos
peristálticos normales o anormales.
Palpación
Es lo
fundamental es un examen abdominal común. Son esenciales una buena relajación y
cooperación del paciente. En primer lugar, se percibirá el tono del músculo
recto mediante una ligera presión de la mano apoyada de plano contra el
abdomen. Luego se procederá a palpar cuidadosamente los cuatro cuadrantes del
abdomen, con la superficie flexora de la palma y los dedos en contacto con el
abdomen y el antebrazo y la mano paralelo al mismo.
Hígado
El hígado no
puede palparse, pero en personas delgadas puede percibirse a nivel del borde
costal. Un hígado palpable no es necesariamente patológico. La palpación se
efectúa de la siguiente manera: los dedos del examinador se colocan planos
sobre la pared abdominal inmediatamente por debajo del borde costal y se deprimen
con los dedos de la otra mano. Se indica al arriba para así poder palpar
el hígado cuando descienda con la respiración.
La palpación por
fuera del músculo recto permitirá identificar un borde de hígado que de otra
manera quedaría enmascarado por el espasmo voluntario del mismo músculo.
Vesícula biliar
La vesícula
biliar normal no puede palparse. Una vesícula biliar distendida puede
percibirse inmediatamente por debajo del borde inferior del hígado,
aproximadamente a nivel del borde externo del músculo recto del abdomen.
Bazo
Normalmente el
bazo no es palpable. Se busca colocando la mano izquierda por detrás en el
flanco, debajo del borde costal en la línea axilar media. Se le indica al
paciente que respire profundo, colocando los dedos en el cuadrante superior
izquierdo del abdomen. Si hay sospechas de una hipertrofia esplénica, se debe
someter al paciente otra vez a la palpación ahora sobre el lado derecho.
Estando el paciente acostado, se pone el brazo y puño izquierdo debajo del,
entonces girando hacia adelante y estirando el ranquis facilitando la palpación
del bazo.
Riñones
El riñón
izquierdo se palpa con la mano derecha, mientras la mano izquierda comprime el
flanco desde atrás, desplazándolo hacia arriba. La maniobra es similar a la de
la palpación esplénica pero la mano izquierda se coloca algo más hacia abajo y
la mano derecha algo más hacia la línea media. Esta maniobra se repite en el
lado derecho. El polo inferior del riñón derecho muchas veces es palpable como
una masa lisa redondeada que con la respiración se desplaza hacia abajo. El
riñón izquierdo no se palpa a menos que este aumentado de volumen o posición
anormalmente fija.
Vejiga urinaria
Si la vejiga urinaria esta
llena, puede palparse inmediatamente por encima de la sínfisis pubiana como una
masa sensible, lisa, de forma ovoide.
Colon
El colon
ascendente, el ciego, el colon descendente y el sigmoideo muchas veces pueden
palparse. El ciego y el colon derecho se perciben en el cuadrante inferior
derecho como una masa redondeada, blanda, sensible. En el curso de la palpación
puede experimentar.
2- Valoración de hallazgos anormales.
Valoración de una masa abdominal.
El examinador ha
de tener la seguridad de que lo que parece una masa abdominal no es una
estructura normal. Una masa de localización imprecisa carece de
significado a menos que haya motivos para sospechar de una lesión neoplásica de
los ganglios aórticos. Una masa pulsátil alrededor del ombligo o debajo del
palpable puede ser que sea un aneurisma abdominal. La movilidad de la masa
tiene gran significado. Las lesiones se desplazan hacia abajo con la
respiración, si esta no se desplaza con la respiración sino también con la
palpación, probablemente esta adyacente al hígado. Otra cosa que se debe tomar
en cuenta a la hora de la valoración de de una masa es la forma,
consistencia y sensibilidad de esta. Las lesiones indoloras, nodulares, de
dureza pétrea hacen sospechar de un tumor maligno. Una masa redonda, lisa,
tensa generalmente indica quistes. La sensibilidad hará sospechar se
inflamación, hemorragia o necrosis.
Descubrimiento de líquido dentro del abdomen
La presencia de
liquido en la cavidad peritoneal suele descubrirse con una onda liquida. El
examinador debe percutir un flanco con el dedo de una mano y palpa el flanco
opuesto con la otra. Cuando hay liquido, al percutir con el dedo un impulso se
transmite a la mano que palpa el flanco opuesto. Puede ser positivo en personas
obesas y en pacientes con quistes ováricos de gran volumen.
Distinción entre liquido de quiste ovárico voluminoso
y ascitis.
En la ascitis el
abdomen esta uniformemente distendido, con plenitud a nivel de los flancos, hay
timpanitos en la parte anterior y zona de macicez en los flancos, que se
desplaza al cambiar el paciente de posición.
En un
quiste de ovario puede haber asimetría de la hinchazón abdominal, hay macicez
en la parte anterior y timpanismo en los flancos. Al cambiar de posición no hay
desplazamiento de la macicez.
Peloteo. En presencia de ascitis es difícil percibir una masa
pero suele descubrirse el peloteo. Se comprime con brusquedad el abdomen donde
se sospecha la presencia de la masa, cuando el líquido se desplaza la masa
flota percutiendo sobre los dedos que palpan.
Signo del charco. Este signo ayuda en el diagnostico de una ascitis
mínima y no está influenciado con la obesidad. Este signo se realiza de la
siguiente forma:
·
Se le pide al paciente que descanse boca abajo por
unos minutos, sosteniendo su cuerpo con manos y rodillas.
·
El examinador coloca el estetoscopio contra la parte
más baja del abdomen, golpea suavemente un flanco siempre con la misma
intensidad y mueve el estetoscopio gradualmente hacia el flanco opuesto al
sitio de percusión.
·
Un signo de charco es positivo cuando la nota de
percusión aumenta considerablemente en carácter de intensidad a medida que se
mueve el estetoscopio hacia el flanco opuesto.
Hígado aumentado de volumen.
La inspección
puede revelar el contorno de un hígado hipertrofiado que se extiende por
abdomen superior derecho y epigastrio. Hepatomegalia es fácil de detectar
cuando el paciente esta relajado y no hay distensión abdominal. Puede ser romo
en caso de cirrosis o irregular o nodular si la hipertrofia depende de un
carcinoma. Si el hígado esta aumentado de volumen hay que buscar signos de
ictericia en las conjuntivas y se examinara cuidadosamente la piel en busca de
excoriaciones a causa de un rascado por prurito, de ictericia y angiomas de
arañas. Las manos pueden tener enrojecimiento (palmas hepáticas) o venas
abdominales dilatadas.
Vesicular biliar aumentada de volumen.
La vesícula
biliar aumentada de volumen se palpa con tumor redondeado liso en el
cuadrante superior derecho. Puede estar más lejos, en el flanco o más cerca, en
el epigastrio.
Una vesícula
biliar aumentada de volumen y muy sensible a la palpación es señal de
colecistitis aguda.
Una vesícula
biliar aumentada de volumen no dolorosa, en presencia de ictericia obstructiva,
es característica de obstrucción maligna de las vías biliares.
El estomago.
Normalmente el
estomago no puede sentirse, pero si esta distendido con aire a menudo puede
delinearse por percusión. La obstrucción Pilarica aguda causa vomito repetido
grave, a menudo sin dilatación notable del estomago. Las perdidas
electrolíticas son rápidas y graves, con hipocloremia y alcalosis hipocalemica.
Puede haber choque y colapso. En la obstrucción Pilórica crónica de progreso
lento, puede haber enorme agrandamiento del estomago con solo vomito
intermitente en ocasiones. Puede haber muy poco trastorno del equilibrio de
electrolitos y líquidos. El órgano agrandado y lleno de líquido puede palparse
por debajo del ombligo.
Los tumores del
estomago a menudo son palpables, lo más comunes son carcinoma, linfoma,
leiomiosarcoma. La masa a menudo es movible y es empujada hacia abajo por el
lóbulo izquierdo del hígado durante la inspiración.
Una gran masa
gástrica palpable puede ser de crecimiento lento y se puede tratar bien
mediante extirpación quirúrgica.
El intestino delgado
Carcinoma y
linfoma son los tumores más comunes del intestino delgado. Los tumores de
crecimiento lento del intestino delgado pueden hacerse palpables antes de
que haya una obstrucción. Una masa abdominal firme, que se mueve libremente,
acompañada de molestias abdominales vagas posiblemente se trate de un tumor del
intestino delgado o su mesenterio.
Bazo aumentado de volumen
El único signo
neto de bazo ligera o moderadamente aumentado de volumen puede ser un impulso
percibido por la puntas de los dedos que palpan cuando el paciente inspira. La
percusión puede confirma la presencia de hipertrofia esplénica. Si sospecha de
esplenomegalia se debe buscar los signos físicos de hiperesplenismo.
Investíguese conjuntivas, mucosas, piel en busca de palidez, púrpura e
ictericia.
Riñón aumentado de volumen. El polo inferior del riñón
derecho muchas veces resulta palpable. El riñón izquierdo, cuando es palpable,
esta aumentado de volumen se identifica por su posición posterior; la mano que
palpa debe llegar a la profundidad del abdomen antes de percibir su borde
redondeado. El aumento de ambos riñones puede ser señal de enfermedad
poliquista congénita.
3-Vientre agudo
Inspección
Obsérvese la
posición que adopta el paciente. En caso de cólicos intensos, no podrá quedarse
acostada y tranquilo, si hay infección peritoneal estará inmóvil con rodillas
flexionadas a pesar del intenso dolor. Obsérvese la expresión de su cara y la
reparación. También se debe vigilar la separación de los músculos rectos, la
ausencia de los movimientos respiraciones normales y peristaltismo visible.
Vigílese el
pulso. El carácter y la frecuencia del pulso son datos muy importantes para
saber la gravedad de un proceso abdominal agudo. Un pulso lento, lleno,
regular, no excluye una infección peritoneal grave, pero indica que el paciente
está bien relacionado a ella. Un pulso moderadamente elevado, rápido y saltón
es característico de una infección abdominal evolutiva.
Es importante
palpar la arteria femoral, la ausencia de pulsación o discrepancia entre los
dos lados en presencia de un dolor abdominal intenso puede hacer sospechar de
aneurisma disecante.
Auscultación
El examinador
debe conocer bien los sonidos peristálticos normales. Cuando se sospecha de
abdomen agudo, el peristaltismo puede estar aumentado, disminuido o ausente. Se
admite que no hay peristaltismo cuando no pueden percibirse ruidos peritoneales
auscultando durante varios minutos.
Palpación
Se comienza por
indicarle al paciente que tosa, ya que en casi de inflamación peritoneal esto
puede desencadenar un fuerte dolor abdominal localizado en la zona afectada. Es
importante investigar este dolor haciendo que el paciente señale en el punto
exacto donde le duele.
Descubrimiento de un espasmo y la diferencia entre
espasmo voluntario e involuntario.
Es esencial no
causar molestias al paciente, las manos del examinador deben estar calientes.
Se debe palpar los músculos rectos, la rigidez total de ambos rectos indican
irritación peritoneal difusa. La rigidez unilateral amplia es de origen reflejo
a veces se observa en cólico renal agudo. El espasmo segmentario de un recto es
señal de comienzo de peritonitis.
La palpación
simultánea de ambos músculos rectos tiene gran valor para determinar el grado y
el carácter del espasmo abdominal.
Se puede
determinar la zona exacta de sensibilidad haciendo presión en el abdomen
mediante la palpación cuidadosa y delicada con un solo lado. La palpación con
la mano completa puede dar una falsa impresión de una zona de
hipersensibilidad, ya que no permite la localización precisa. Para la detección
de masas es necesario realizar una palpación de manera delicada sin causar
dolor lo que lleva a que se produzca un espasmo voluntario.
Siempre es bueno palpar el vientre
agudo por segunda vez después que elPaciente ha recibido morfina, y de nuevo en la mesa de
operaciones después de la inducción anestesia.
Percusión.
La percusión
delicada es útil para localizar una zona de hipersensibilidad. A veces revela
una zona de macicez coincidiendo con hipersensibilidad lo que hará sospechar de
una masa hasta entonces inadvertida que se desplaza los intestinos.
Pruebas especiales.
Dolor de rebote: este signo se descubre
haciendo presión intensa sobre el vientre en un lado lejos de la zona donde se
sospecha un proceso inflamatorio agudo y luego suprimiendo dicha presión.
Cuando la pared abdominal regresa a su posición normal el paciente siente un dolor
agudo a donde se ejerció la presión. En pacientes obesos con epiplón grueso,
este signo tiene gran valor para determinar la extensión de un proceso
inflamatorio.
Prueba de psoas ilíaco: el paciente intenta flexionar
su muslo contra la presión que ejercida por la mano del examinador. Se produce
dolor se existe un proceso inflamatorio en contacto con el músculo psoas.
Prueba del obturador: se flexiona el muslo en
ángulo recto y luego se gira hacia fuera y adentro. Puede despertarse dolor
hipogástrico si hay inflamación en relación con el músculo obturador interno.
Este signo puede ser positivo en caso de apendicitis pelviana.
Percusión de la pared torácica
anterior baja con el puño: puede ser positivo en diversos procesos como en
hepatitis aguda y colecistitis aguda.
Signo del dolor contra lateral. La presión ejercida en un
cuadrante alto del abdomen profundamente y en dirección al lado afectado muchas
veces produce dolor si la enfermedad en intraabdominal pero si el proceso
se produce por encima del diafragma no lo causa.
Signo Cullen. Coloración
equimótica, azulada o amarilla, del ombligo, debida a un derrame sanguíneo intraperitoneal, visible solamente en los individuos
delgados o afectos de hernia umbilical.
Tacto rectal. Es un examen que debe
realizarse de rutina. Aunque en muchas ocasiones éste puede ser negativo, en
algunos casos podemos encontrar un fondo de saco de Douglas sumamente doloroso,
sobre todo cuando hay perforación del apéndice y derrame purulento, y en otras
se puede palpar una masa dolorosa que podría corresponder a un plastrón o
absceso apendicular. Aparte de esto en muchas oportunidades es útil en el
diagnóstico diferencial de casos ginecológicos.
Paro inspiratorio (Murphy): se dice al paciente que
inspire profundamente mientras se ejerce presión intensa contra la pared
abdominal en la región de la vesícula biliar.
4. Signos diferenciales en el abdomen agudo.
Apendicitis aguda:
Las
manifestaciones de esta enfermedad son innumerables. Puede simular a casi todos
los procesos abdominales agudos. En las primeras fases quizás el paciente no
parezca muy enfermo. Se queja del dolor persistente, que suele aumentar con el
movimiento, prefiere estar acostado y quieto. En la auscultación el peristaltismo
puede estar disminuido pero es normal. Puede haber espasmo voluntario del
músculo recto derecho, pero no es verdadero.
Variaciones de apendicitis
aguda:
·
Apendicitis retrocecal
·
Apendicitis pelviana
·
Apendicitis iliaca
·
Apendicitis obstructiva
Colecistitis aguda: Es una inflamación de la pared de
la vesícula biliar. La frecuencia respiratoria suele estar aumentada,
siempre hay peristaltismo. El abdomen silencioso suele ser signo de perforación
de la vesícula. Mediante la palpación se detectan masas dolorosas, tensa,
piriforme, formada por la vesícula aumentada de tamaño.
Ictericia y abdomen agudo. Los signos físicos varían
según la etapa de la enfermedad. El paciente tiene color ceniza, sufre mareos,
sufre dolor epigástrico. Es my común la hipotensión. Podemos ver retracción del
epigastrio, rigidez de madera de la musculatura abdominal, el dolor
generalizado, el dolor por tacto rectal y la ausencia de peristaltismo.
Pancreatitis aguda: En la enfermedad pancreática los datos abdominales
pueden ser mínimos o incluso nulos, dada la posición protegida del páncreas
detrás del estomago, colon y epiplón gastrocólico. En pancreatitis aguda ligera
el paciente tiene aspecto muy enfermo, pero el examen de abdomen a veces solo
demuestra tensión dolorosa vagamente localizada en el epigastrio. En la
pancreatitis necrosante aguda el paciente puede estar en colapso con
irregularidades cardiacas que hagan sospechar oclusión coronaria. El daño
físico más fiel es el dolor profundo a nivel del páncreas y el cuadrante
superior izquierdo.
Suele haber distensión
abdominal y peristaltismo ausente. Además el paciente presenta ictericia,
hipotensión y oliguria.
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